La madrugada del 1 de noviembre, Marcelo y Alejandra, vecinos de Rada Tilly, vivieron una de las experiencias más traumáticas de sus vidas. Tras regresar de su rutina de entrenamiento, encontraron su hogar destrozado. “Reventaron la casa. Fue como si un huracán hubiese pasado por dentro”, narró Marcelo en una entrevista radial con Buen Día Día.
El robo no fue un hecho aislado: formó parte de una serie de crímenes perpetrados por una banda de delincuentes con antecedentes penales, provenientes del Valle. Se trataba de un grupo organizado que había ejecutado otros robos de magnitud en la región, apoyados por cómplices locales. “Sabían lo que hacían. Rompieron el ventilete, desactivaron la alarma y arrasaron con todo”, relató.
Una red de criminales con antecedentes
El matrimonio destacó que de los seis delincuentes involucrados, cinco tenían antecedentes penales, y uno de ellos, un hombre identificado como Gabriel Leuful, ya había enfrentado múltiples denuncias por delitos similares. “Esta persona tiene causas desde hace años y siempre logra salir en libertad. Es una constante”, expresó Marcelo, visiblemente indignado.
Según la pareja, estos delincuentes actúan con total impunidad gracias a vacíos en el sistema judicial. Marcelo apuntó contra decisiones judiciales que priorizan libertades condicionadas para personas con antecedentes. “Mientras nuestras vidas quedan en pausa, ellos entran y salen de prisión como si nada”.
La recuperación de la camioneta y el papel de la sociedad
El vehículo de la familia fue recuperado días después del robo tras un operativo cinematográfico en Trelew, donde la policía persiguió a los ladrones durante 70 kilómetros. La colaboración ciudadana fue clave para localizar pruebas y avanzar en la investigación. “Nos sentimos muy acompañados por la comunidad, que aportó cámaras y datos esenciales”, destacaron.
Además, expresaron su agradecimiento hacia las fuerzas policiales, especialmente al equipo liderado por Pablo Lobos, jefe de la Brigada de Investigaciones. “Desde el primer momento sentimos contención y profesionalismo. Fue un gran alivio en medio de la desesperación”.
El impacto emocional y el llamado a la justicia
Alejandra reflexionó sobre el impacto psicológico del hecho: “El mayor temor no es lo que te quitan, sino la inseguridad que queda en tu propio hogar”. A pesar del daño sufrido, la pareja decidió tomar acción: recopilaron pruebas, apoyaron a la policía y se comprometieron a visibilizar lo ocurrido para evitar que otros sean víctimas.
El mensaje final del matrimonio fue contundente: “Esto no puede quedar en la impunidad. Estos delincuentes deben estar tras las rejas, y la justicia tiene que actuar con firmeza para que esto no se repita”.
Una problemática regional
El caso expone una preocupante realidad: el traslado de bandas criminales organizadas desde el Valle hacia el sur de Chubut. La familia hizo un llamado a las autoridades para reforzar los controles y garantizar que la delincuencia no continúe extendiéndose en la zona.