La psicóloga Ana María García Navarta conversó en Buen Día Día sobre la naturaleza de los cambios y su impacto en la vida de las personas. Subrayó que el ser humano enfrenta constantemente un mundo que se redefine, pasando de la modernidad a una «hipermodernidad» donde la inestabilidad es la norma. Este entorno ha modificado la subjetividad, la parte más maleable de nuestra psique, distinta de la estructura psíquica más fija y básica.
Durante la charla, García Navarta enfatizó que los cambios en la vida, como perder un trabajo o la jubilación, pueden afectar profundamente la identidad de una persona, llevándola a un proceso de duelo y reajuste. Explicó que la capacidad de sobrellevar estas transiciones depende en gran parte de la preparación emocional previa y de la existencia de intereses y actividades paralelas. Ejemplos de esto se encuentran en aquellas personas que, al retirarse, redescubren pasiones como la escritura o la pintura, que habían dejado de lado por compromisos laborales o familiares.
La psicóloga también destacó la importancia de fomentar la resiliencia desde la niñez. Mencionó que los niños necesitan experimentar cierto grado de frustración para prepararse ante la adversidad futura. Protegerlos en exceso puede llevar a que enfrenten dificultades para adaptarse a las crisis que inevitablemente surgirán en la adultez.
En el ámbito del deporte, García Navarta señaló que los jóvenes deportistas que han vivido situaciones difíciles tienden a adaptarse mejor a las exigencias de la competencia profesional. Sin embargo, advirtió que esto no garantiza una protección absoluta contra las crisis, especialmente cuando el rendimiento disminuye con la edad y surgen nuevos desafíos personales.
Finalmente, la conversación giró hacia el impacto de la tecnología en la psicología. La psicóloga mencionó la creciente presencia de la inteligencia artificial en el campo de la salud mental y advirtió sobre los riesgos y limitaciones de estas herramientas en comparación con la atención humana. A pesar de los avances, García Navarta subrayó la importancia de preservar la subjetividad y la interacción genuina, especialmente en una era donde, paradójicamente, la comunicación virtual intensiva puede llevar a un aislamiento emocional.
