Durante la entrevista, Sánchez destacó que, a pesar de que el año comenzó con precipitaciones por encima de lo normal, especialmente desde mayo hasta septiembre, las lluvias empezarán a disminuir. Según los pronósticos, el fenómeno de La Niña se está desarrollando, lo que provocará un déficit de precipitaciones y un aumento en las temperaturas para lo que queda de la primavera y el comienzo del verano.
Sánchez explicó que estos cambios son perceptibles en la vegetación, ya que se ha notado un incremento en la humedad del suelo, lo que ha generado un paisaje más verde. Sin embargo, la tendencia a partir de octubre indica que la región enfrentará condiciones más secas y cálidas.
Además, advirtió que la Patagonia, como es habitual, experimentará un aumento en la intensidad de los vientos durante esta época, una característica típica de la primavera y el verano en la región. Esto, sumado a la escasez de lluvias, será un factor determinante para las condiciones climáticas adversas que podrían afectar la zona.
Finalmente, Sánchez subrayó que el calentamiento global está contribuyendo al aumento de la temperatura a nivel mundial, lo que tiene consecuencias serias en la variabilidad climática y la ocurrencia de fenómenos extremos como incendios e inundaciones.