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Paseadores de perros: un trabajo con escaso control y regulación

Rada Tilly: paseador maltrata a los perros que tenía a su cargo

Un paseador fue grabado en Rada Tilly el lunes 21 por la tarde mientras caminaba con varios perros bajo su responsabilidad. En el video puede observarse cómo maltrata a uno de los animales, sujetándolo del collar y levantándolo en el aire, provocándole un leve ahorcamiento.

Consultamos a Verónica Casares (@patadeperro.2024), experta en paseos y educación canina. Cuenta con formación en cursos y capacitaciones como “Actualización en protocolos de conducta canina” y “Formación de guías y perros de terapia”.

La problemática del maltrato animal en los paseos de perros ha cobrado relevancia en los últimos años, especialmente con el uso de dispositivos móviles que permiten documentar situaciones abusivas.

Verónica Casares, educadora canina, ha sido voz de esta causa al compartir su experiencia y observaciones sobre el tema. Durante una reciente entrevista, Verónica aseguró que la cantidad de perros que un paseador puede llevar es excesiva.

La normativa local de Rada Tilly, ordenanza nº 2473/19 en el capitulo VI, Art. 22 menciona que se permite un máximo de ocho perros por paseo, lo que ella considera un número muy elevado.

«Cada perro tiene necesidades específicas y no todos pueden ser atendidos adecuadamente». Los paseos deben ser disfrutables para los perros, ya que estas actividades suelen convertirse en una fuente de estrés. La educadora resaltó que muchos perros padecen maltrato físico cuando son sujetados del cuello de manera incorrecta.

«Imagina que alguien te cuelga del cuello; ese dolor te resultaría inaceptable,» argumentó. La educadora también hizo un llamado a los tutores de perros para informarse sobre la formación y capacitación de los paseadores antes de confiarles a sus mascotas.

“La sugerencia sería no usar collar directamente. Esto genera inseguridad en el perro. El collar debería utilizarse solo para la chapita identificatoria y, aún así, no es tan necesario como un buen pretal en H, que mantiene cómodo y seguro al perro, permitiéndole todo el rango de movimiento en sus patas delanteras”.

“Cuando hablo de paseos individuales es porque favorecen la autonomía, la exploración y la toma de decisiones. Eso genera aún más seguridad en el perro, siendo la referencia el guía humano que lo acompaña. Por eso, al observar algunos de los paseos que realizo a diario, pueden ver cómo los perros se dan vuelta para mirarme: eso refleja el vínculo y la confianza que se genera”.

“Es fundamental indagar sobre su experiencia y métodos de trabajo. Un paseador debe ser capaz de garantizar que el paseo sea cómodo y beneficioso para el perro”.

Además, Verónica mencionó situaciones preocupantes que ha observado en su localidad, como perros atados a bicicletas que van a una velocidad excesiva o que corren tras vehículos. Estas prácticas no solo generan ansiedad en los animales, sino que también pueden poner en riesgo su salud y seguridad. El bienestar canino, explicó Verónica, se logra a través de una educación adecuada que permita a los tutores entender las necesidades de sus perros.

Ella aboga por paseos individuales que permitan a los perros explorar a su propio ritmo, utilizando su olfato y disfrutando del entorno.

“Los perros saben cómo ser perros; somos los humanos los que necesitamos aprender a respetar su naturaleza”.

Casares también señaló que su enfoque educativo ha cambiado a lo largo de los años. Si bien lleva más de una década entrenando a perros, ha optado por alejarse de métodos de adiestramiento que se basan en el castigo.

“El verdadero adiestramiento debe ser una herramienta para crear conexiones más profundas con nuestros perros, asegurando que sus necesidades físicas y emocionales sean cubiertas”.

Este enfoque no solo busca mejorar la relación entre el perro y su tutor, sino también promover una mayor conciencia sobre el trato correcto que deben recibir los animales.

La conclusión es clara: pasear a un perro debe ser un momento de disfrute compartido, no un ejercicio de control y sometimiento.

La educación canina es clave para lograr un vínculo equilibrado y positivo entre humanos y sus fieles compañeros.

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