Javier Toledo, presidente de la Cooperativa de Recolectores Artesanales, dialogó con Radio Giros sobre los desafíos que enfrenta su sector. Entre los principales reclamos, destacó la falta de reconocimiento por parte del gobierno municipal, lo que les impide realizar su trabajo de forma adecuada. Toledo explicó que los pescadores y recolectores de la zona trabajan en condiciones precarias y vulnerables, a menudo sin acceso a las plantas públicas donde se procesan los productos del mar.
El sector está luchando por obtener un «carné único» que les permita el acceso libre a las plantas costeras y el reconocimiento formal de su labor. Según Toledo, las plantas, a pesar de ser públicas, no permiten que los pescadores artesanales entren libremente, lo que pone en riesgo su fuente de trabajo. Además, criticó la falta de respuestas concretas de las autoridades locales, mientras que a nivel provincial han tenido algunas conversaciones esperanzadoras.
«Necesitamos poder trabajar tranquilos, y este carné es esencial para eso», comentó Toledo. El dirigente también hizo referencia a las irregularidades en la gestión costera, como la limpieza de áreas con la intención de cerrarlas, dejando a los pescadores sin acceso a zonas tradicionales de pesca.
Toledo subrayó que esta situación afecta a cientos de familias que dependen de la pesca artesanal. Los trabajadores operan con botes a remo y realizan tareas como la pesca con redes o la recolección en la costa. Lamentó que la falta de políticas públicas para su sector les obligue a organizarse en cooperativas para buscar soluciones.
El entrevistado también mencionó los esfuerzos por crear una federación que reúna a varias cooperativas de pescadores artesanales, con el objetivo de impulsar un marco legal que garantice sus derechos y regule su actividad de manera justa. A pesar de las dificultades, el sector sigue unido y luchando por mantener viva una tradición que, según Toledo, es clave para la economía local.
Finalmente, Toledo destacó el valor del trabajo artesanal, desde la construcción de los propios botes hasta la confección de las redes, un conocimiento que se transmite de generación en generación. Sin embargo, sin el apoyo adecuado, temen que esta actividad se vea cada vez más relegada.
