El Tigre Saldivia, ícono del boxeo, fue honrado en un emotivo reconocimiento que rememoró su legado en el cuadrilátero y más allá. Con calidez y nostalgia, recordó su última pelea en 2018 y la emoción de sentir el fervor del público una vez más.
Alejado de los rings, Saldivia se dedica a una nueva etapa laboral, lejos del glamour del deporte, pero manteniendo viva su pasión por el entrenamiento y el estado físico. En palabras del Tigre, «siempre hay un lugarcito para estar en forma».
La familia, otro pilar fundamental en su vida, comparte su pasión. Desde su suegro y mentor, Robinson Zamora, hasta su hija, que sigue sus pasos en el mundo del canto, la familia Saldivia demuestra que el legado va más allá del boxeo.
El Tigre reflexionó sobre la importancia de los formadores en el deporte, destacando la necesidad de acompañar a los jóvenes no solo en lo deportivo, sino también en lo personal y social. Para él, la figura del entrenador va más allá del gimnasio.
Finalmente, Saldivia compartió sus impresiones sobre el estado actual del boxeo, recordando sus días como fanático y reflexionando sobre la falta de nuevas figuras. Con nostalgia y esperanza, sigue siendo un apasionado del deporte que lo vio triunfar.
Este homenaje no solo celebra la carrera del Tigre Saldivia, sino que también resalta su impacto más allá del ring, inspirando a nuevas generaciones y recordando la importancia del compromiso y la pasión en cualquier ámbito de la vida.
