La comunidad universitaria se moviliza en medio de una situación financiera preocupante. El presupuesto aprobado en 2022 para el año siguiente no fue ratificado, dejando a las universidades operando con un presupuesto desactualizado y sin ajuste por inflación.
La falta de fondos amenaza el funcionamiento de las instituciones educativas. Algunas ya están utilizando sus ahorros destinados a proyectos importantes, como la construcción de edificios, para cubrir gastos corrientes.
Ante la falta de respuesta del gobierno, la comunidad universitaria planea medidas de protesta, incluyendo clases públicas y la elaboración de folletos informativos para concientizar sobre la importancia de defender la educación pública.
La incertidumbre sobre el futuro financiero de las universidades públicas genera preocupación entre docentes, estudiantes y autoridades, quienes reclaman una solución urgente para garantizar el acceso a la educación superior de calidad.