La directora del Colegio 521 de Comodoro Rivadavia denunció que el ascensor lleva casi diez años sin funcionar, afectando a estudiantes que utilizan sillas de ruedas. Aunque el municipio ofreció apoyo económico, la responsabilidad del arreglo recae en la provincia.
«Nuestra escuela tiene planta baja y primer piso. El primer piso es eminentemente pedagógico, ahí es donde están las aulas donde los chicos tienen que acceder para tener sus clases», detalló Brunt. La falta de un ascensor en funcionamiento obliga a que todos los estudiantes permanezcan en la planta baja, ya que no se puede dividir a los grupos.
Según la directora, en años anteriores lograron reacomodarse en la planta baja, pero el crecimiento en la cantidad de alumnos con movilidad reducida ha vuelto insostenible la situación. «No puedo dejar a cuatro chicos abajo y subir con los otros ocho. Eso no corresponde. Entonces, ¿qué pasa? Los doce tienen que quedar abajo y los espacios en la planta baja no son adecuados para aulas», explicó.
Brun señaló que la responsabilidad de la reparación recae en la provincia, aunque el municipio ha ofrecido una parte del financiamiento. «La ingeniera de provincia, Paula Ramos, se acercó al colegio y queda pendiente la negociación entre provincia y municipio. El municipio quiere aportar el dinero, pero es provincia quien debe dar el aval a la empresa encargada de la reparación», aclaró.
La comunidad educativa espera una pronta solución para garantizar que todos los estudiantes del Colegio 521 puedan acceder a una educación en igualdad de condiciones.
«Nuestra escuela tiene planta baja y primer piso. El primer piso es eminentemente pedagógico, ahí es donde están las aulas donde los chicos tienen que acceder para tener sus clases», detalló Brunt. La falta de un ascensor en funcionamiento obliga a que todos los estudiantes permanezcan en la planta baja, ya que no se puede dividir a los grupos.
Según la directora, en años anteriores lograron reacomodarse en la planta baja, pero el crecimiento en la cantidad de alumnos con movilidad reducida ha vuelto insostenible la situación. «No puedo dejar a cuatro chicos abajo y subir con los otros ocho. Eso no corresponde. Entonces, ¿qué pasa? Los doce tienen que quedar abajo y los espacios en la planta baja no son adecuados para aulas», explicó.
Brun señaló que la responsabilidad de la reparación recae en la provincia, aunque el municipio ha ofrecido una parte del financiamiento. «La ingeniera de provincia, Paula Ramos, se acercó al colegio y queda pendiente la negociación entre provincia y municipio. El municipio quiere aportar el dinero, pero es provincia quien debe dar el aval a la empresa encargada de la reparación», aclaró.
La comunidad educativa espera una pronta solución para garantizar que todos los estudiantes del Colegio 521 puedan acceder a una educación en igualdad de condiciones.
