Guillermo Duarte, médico veterinario del SENASA y referente del programa nacional, explicó en Radio Giros 96.3 los factores que provocaron el aumento de focos de sarna ovina en Chubut y destacó la necesidad de retomar el baño de inmersión como herramienta clave para la erradicación.
En diálogo con el programa De Buena Fuente por Radio Giros 96.3, el médico veterinario del SENASA Guillermo Duarte analizó la situación sanitaria de la sarna ovina en la provincia y advirtió que uno de los principales factores predisponentes es la pérdida de eficacia de los tratamientos inyectables a base de ivermectina y doramectina. Según explicó, estos productos presentan actualmente una efectividad inferior al 90%, lo que genera curas aparentes y deja animales positivos que continúan propagando la enfermedad.
Duarte señaló que esta falsa sensación de curación provoca que muchos productores, creyendo resuelto el problema, comercialicen animales que aún portan sarna, diseminando focos en establecimientos donde antes no se registraban casos. “Eso explica por qué vemos un aumento sostenido de focos en el último año, sin una tendencia a la baja”, remarcó, y confirmó que la alerta sanitaria fue declarada por un año con el objetivo de revertir la situación y recuperar el estatus sanitario.
El veterinario indicó que, si bien la mayor parte de la provincia se mantiene libre, existen focos activos en el norte de Chubut y en algunos departamentos del centro. Frente a este escenario, destacó el trabajo articulado entre la provincia, SENASA, INTA y el Colegio Médico Veterinario, siguiendo experiencias previas exitosas como el control de la coproparasitosis, para avanzar nuevamente hacia la erradicación.
En cuanto a los tratamientos, Duarte fue contundente al afirmar que el baño de inmersión sigue siendo el método más eficaz, con un 100% de efectividad cuando se aplica correctamente. El protocolo consiste en dos baños separados por diez días, con controles posteriores. Como ejemplo, mencionó el caso de Paso de Indios, donde un foco detectado en un establecimiento de alrededor de seis mil animales fue erradicado tras aplicar el esquema completo, logrando levantar la restricción sanitaria.
Respecto a los efectos de la enfermedad, explicó que la sarna es una de las patologías que mayor prurito genera en el ovino, provocando inquietud, lesiones en la piel, pérdida del vellón y una rápida caída de la condición corporal. En zonas como la Patagonia, estas dificultades afectan la capacidad del animal para desplazarse en busca de agua y alimento, lo que puede derivar en una fuerte pérdida de kilos, tanto en carne como en lana, e incluso en la muerte.
Finalmente, Duarte subrayó que el aumento de la resistencia parasitaria está vinculado al uso casi exclusivo de inyectables desde la década del 80, dejando de lado los baños. En ese sentido, instó a los productores a rotar métodos de tratamiento y, especialmente, a realizar la autodenuncia temprana ante la detección de un foco. Además, adelantó que se reforzarán los controles de movimiento de animales y se exigirán tratamientos por baño para traslados hacia zonas libres, como Santa Cruz, con el fin de evitar la propagación de la enfermedad.
En diálogo con el programa De Buena Fuente por Radio Giros 96.3, el médico veterinario del SENASA Guillermo Duarte analizó la situación sanitaria de la sarna ovina en la provincia y advirtió que uno de los principales factores predisponentes es la pérdida de eficacia de los tratamientos inyectables a base de ivermectina y doramectina. Según explicó, estos productos presentan actualmente una efectividad inferior al 90%, lo que genera curas aparentes y deja animales positivos que continúan propagando la enfermedad.
Duarte señaló que esta falsa sensación de curación provoca que muchos productores, creyendo resuelto el problema, comercialicen animales que aún portan sarna, diseminando focos en establecimientos donde antes no se registraban casos. “Eso explica por qué vemos un aumento sostenido de focos en el último año, sin una tendencia a la baja”, remarcó, y confirmó que la alerta sanitaria fue declarada por un año con el objetivo de revertir la situación y recuperar el estatus sanitario.
El veterinario indicó que, si bien la mayor parte de la provincia se mantiene libre, existen focos activos en el norte de Chubut y en algunos departamentos del centro. Frente a este escenario, destacó el trabajo articulado entre la provincia, SENASA, INTA y el Colegio Médico Veterinario, siguiendo experiencias previas exitosas como el control de la coproparasitosis, para avanzar nuevamente hacia la erradicación.
En cuanto a los tratamientos, Duarte fue contundente al afirmar que el baño de inmersión sigue siendo el método más eficaz, con un 100% de efectividad cuando se aplica correctamente. El protocolo consiste en dos baños separados por diez días, con controles posteriores. Como ejemplo, mencionó el caso de Paso de Indios, donde un foco detectado en un establecimiento de alrededor de seis mil animales fue erradicado tras aplicar el esquema completo, logrando levantar la restricción sanitaria.
Respecto a los efectos de la enfermedad, explicó que la sarna es una de las patologías que mayor prurito genera en el ovino, provocando inquietud, lesiones en la piel, pérdida del vellón y una rápida caída de la condición corporal. En zonas como la Patagonia, estas dificultades afectan la capacidad del animal para desplazarse en busca de agua y alimento, lo que puede derivar en una fuerte pérdida de kilos, tanto en carne como en lana, e incluso en la muerte.
Finalmente, Duarte subrayó que el aumento de la resistencia parasitaria está vinculado al uso casi exclusivo de inyectables desde la década del 80, dejando de lado los baños. En ese sentido, instó a los productores a rotar métodos de tratamiento y, especialmente, a realizar la autodenuncia temprana ante la detección de un foco. Además, adelantó que se reforzarán los controles de movimiento de animales y se exigirán tratamientos por baño para traslados hacia zonas libres, como Santa Cruz, con el fin de evitar la propagación de la enfermedad.


