El pasado 22 de noviembre, Mario Araya, un estudiante de enfermería a punto de recibirse, perdió la vida en un accidente vial en la intersección de las calles España y Rawson, en Comodoro Rivadavia. Mario, que trabajaba en el servicio de emergencias del 107, era reconocido por su compromiso con la salud y su deseo constante de perfeccionarse. Este trágico hecho dejó una profunda marca en sus compañeros, quienes lo homenajearon durante la reciente ceremonia de graduación.
El delegado de ATSA, Armando Olmos, recordó con emoción los últimos momentos compartidos con Mario. “Minutos antes del accidente, habíamos estado juntos en el sindicato. Era un compañero comprometido, que tenía todo listo para iniciar su carrera profesional”, relató. También destacó la solidaridad de los profesionales que intentaron asistir a Mario en el lugar del accidente, aunque lamentó la demora de la ambulancia, que llegó 20 minutos después.
Falta de educación vial y solidaridad en emergencias
Durante la entrevista, Olmos criticó la falta de educación vial y de solidaridad ciudadana al momento de enfrentar emergencias. “En muchos casos, los vehículos no ceden el paso a las ambulancias, algo que debería ser prioritario. Necesitamos una mejor conducta vial para salvar vidas”, afirmó. Además, resaltó la importancia de capacitar a la población en primeros auxilios y maniobras de RCP, señalando que estas habilidades pueden marcar la diferencia en situaciones críticas.
Un homenaje que perdurará
En la reciente graduación de la camada de enfermeros, se rindió un emotivo homenaje a Mario, destacando su vocación y dedicación a la salud. Según Olmos, tanto el gremio como el hospital están trabajando en un reconocimiento más permanente, que incluirá la designación de espacios en su honor. “Mario era un soldado de la salud; su pérdida nos golpeó a todos profundamente. No lo olvidaremos”, expresó.
La importancia de la formación en salud
Olmos también destacó el impacto del Instituto de Enfermería de Comodoro Rivadavia, que ya ha formado a más de 600 profesionales. Subrayó que la enfermería es una profesión de vocación, donde el sacrificio y la empatía son fundamentales. “Estamos comprometidos a seguir formando a más enfermeros, esenciales para nuestra comunidad”, aseguró.
Un llamado a la solidaridad
El delegado finalizó su intervención con un llamado a la solidaridad. “Debemos recuperar nuestros valores humanos y ser más empáticos con quienes enfrentan emergencias. La vida nos devuelve lo que damos”, concluyó.
Mario Araya será recordado no solo por su trabajo y dedicación, sino también como un símbolo de la importancia de la vocación en el ámbito de la salud.
