En una entrevista reciente, la Licenciada en nutrición Mirta Alegre explicó los objetivos y avances en crear un entorno más saludable para los niños mediante medidas concretas.
Entre estas, se destacan la regulación de alimentos en entornos escolares y la mejora en la calidad de las compras públicas para los comedores escolares. “Queremos que lo que se ofrezca a los niños sea de mejor calidad”, afirmó Alegre, subrayando la importancia de brindar productos nutritivos que provengan de proveedores regulados.
Etiquetado y educación alimentaria
Otro de los focos es el etiquetado nutricional. Según Alegre, las etiquetas octogonales que advierten sobre excesos de azúcar, grasas o sodio son herramientas útiles, pero insuficientes. Por ello, recomendó a los consumidores leer las tablas nutricionales completas para entender mejor los componentes de los alimentos. “Muchas veces los octógonos pueden dar información parcial, pero es en la tabla donde se ve la cantidad exacta de azúcar o sodio”, explicó.
Impacto de los excesos en la salud
El exceso de azúcar en los alimentos procesados también fue un tema central en la conversación. Alegre señaló que ingredientes como el jarabe de fructosa, común en productos dulces, pueden causar adicción y picos de glucosa que afectan la salud a largo plazo. Estas prácticas alimentarias están asociadas con un aumento en la obesidad y enfermedades crónicas no transmisibles, especialmente en los países donde la regulación es menos estricta.
Beneficios comprobados en otros países
La licenciada comenta que se inspira en modelos internacionales donde el etiquetado frontal ha tenido un impacto positivo. “En países que implementaron estas medidas, se observó una disminución en la obesidad infantil y otras enfermedades relacionadas con la mala alimentación”, destacó Alegre.
Sin afectar a los productores
Un argumento recurrente de quienes critican estas medidas es su posible impacto en los productores locales. Sin embargo, Alegre aseguró que en otros países donde se implementaron los sellos nutricionales, las ventas no disminuyeron, y los productores pudieron adaptarse sin mayores inconvenientes. “No se prohíbe la comercialización, pero sí se incentiva a mejorar los productos”, puntualizó.
El desafío de proteger a las nuevas generaciones
Mirta Alegra continuará trabajando para garantizar que las políticas públicas prioricen la salud infantil por encima de los intereses comerciales. “Esto no es solo una regulación, es un paso hacia una sociedad más consciente e informada”, concluyó Alegre, invitando a seguir el tema de cerca y a mantenerse informados sobre futuras medidas.
