En Barcelona, la situación es alarmante. Las autoridades han activado el Plan Básico de Emergencias y desaconsejan desplazamientos debido al riesgo de granizo, posibles tornados y olas de hasta 2,5 metros en el litoral. La Dana ha dejado a la ciudad en alerta máxima, mientras las comunicaciones y el transporte sufren severas interrupciones.
La Comunidad Valenciana es una de las más afectadas, con desbordamientos de ríos y daños materiales significativos. Pueblos como Utiel y ciudades como Valencia han sido duramente impactadas, con calles anegadas, puentes rotos, vehículos volcados y cientos de personas que necesitan asistencia. A nivel de infraestructura, las conexiones ferroviarias entre Madrid y Valencia, así como Valencia y Barcelona, se encuentran suspendidas, afectando a miles de usuarios. Además, problemas en las redes de comunicación han dificultado la ubicación de familiares y amigos en las áreas más afectadas.
A medida que la tormenta avanza hacia el noreste, se pronostica que Cataluña y otras comunidades del Mediterráneo experimenten lluvias intensas y vientos extremos en las próximas horas. El Servicio Meteorológico de Cataluña (Meteocat) sigue emitiendo advertencias para la población, recomendando permanecer en lugares seguros y minimizar los desplazamientos.
La falta de prevención ante la Dana ha despertado malestar entre los ciudadanos y críticas hacia el gobierno por la insuficiente inversión en infraestructura para emergencias. Se denunció, además, que el radar de lluvias en Valencia estaba fuera de servicio, lo cual complicó las advertencias tempranas y dejó a muchos residentes expuestos al peligro.
La situación en España es grave y la emergencia climática continúa desplegando sus efectos en diversas regiones. Se espera que las medidas preventivas y la respuesta coordinada de los servicios de emergencia reduzcan las pérdidas humanas y materiales mientras la Dana se desplaza por el país.
