Argentina se encuentra en un momento crucial para el desarrollo de la industria de hidrógeno verde, un sector con un crecimiento acelerado a nivel mundial. Así lo señaló Juan Carlos Villalonga, referente de la plataforma H2 Argentina, quien afirmó que este recurso, derivado de fuentes renovables como la energía eólica, ofrece al país una oportunidad sin precedentes para la exportación energética y para diversificar su matriz productiva.
Durante una reciente entrevista, Villalonga destacó la transición energética global y el rol de Argentina en este proceso. La energía eólica, especialmente abundante en la Patagonia, permitiría a la Argentina posicionarse como un exportador neto de hidrógeno verde y otros derivados industriales, como el amoníaco y el metanol, esenciales en industrias químicas y de fertilizantes. La Patagonia, explicó, cuenta con las condiciones ideales para esta producción, aunque enfrenta desafíos, como la necesidad de desalinizar agua de mar para el proceso, dada la escasez de agua dulce en la región.
Para impulsar este sector, Villalonga subrayó la necesidad de un marco normativo y políticas estables que permitan atraer inversión extranjera y generar confianza en el mercado global. “La falta de continuidad en las políticas energéticas obstaculiza el avance de proyectos que ya otros países de la región, como Chile y Uruguay, están ejecutando con éxito”, afirmó. En Argentina, iniciativas recientes, como la estrategia nacional de hidrógeno presentada en 2023, aún no han sido implementadas, lo que según Villalonga pone al país en una situación de desventaja competitiva.
La demanda de hidrógeno verde, que está en auge en Europa y el sudeste asiático, representa una oportunidad para Argentina de generar ingresos significativos por exportación a largo plazo. Sin embargo, según Villalonga, alcanzar este mercado requiere entrar en acuerdos bilaterales sostenibles que fortalezcan la cooperación y el comercio internacional en este sector. La urgencia de estos acuerdos no solo responde al crecimiento de la demanda, sino también a la necesidad de los países industrializados de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.
Finalmente, Villalonga recordó que el hidrógeno verde no es solo una oportunidad económica, sino también una respuesta sostenible y ambientalmente responsable a los desafíos de la transición energética. Subrayó que cualquier proyecto debe implementarse con estándares ambientales altos para evitar impactos negativos en los ecosistemas locales.
