Marcelo Quiroga, un inspector de tránsito en Comodoro Rivadavia, se encontraba en servicio cuando una camioneta frenó abruptamente frente al módulo norte. Dentro, un niño de 4 años tenía dificultades para respirar. Conocedor de técnicas de primeros auxilios, Marcelo aplicó la maniobra Heimlich, logrando que el niño expulsara un objeto que obstruía su garganta.
La situación fue angustiante. Marcelo relata cómo, al principio, no estaba seguro de qué había ingerido el niño. Sin embargo, al realizar la maniobra, el pequeño expulsó una llave plástica. Esta experiencia fue la primera de su tipo para Marcelo, quien anteriormente había brindado primeros auxilios pero nunca bajo circunstancias tan críticas.
La abuela del niño agradeció profundamente a Marcelo y sus compañeros. Aunque en el momento Marcelo actuó por instinto, posteriormente reflexionó sobre la magnitud de haber salvado una vida. Su valentía y el conocimiento marcaron la diferencia en este incidente.
Aparte de su labor como inspector de tránsito, Marcelo tiene una larga trayectoria como árbitro de fútbol. Esta experiencia en situaciones de alta presión pudo haber contribuido a su capacidad para manejar la emergencia con calma y eficacia. Marcelo Quiroga se destaca como un ejemplo de cómo la preparación y la determinación pueden marcar la diferencia en situaciones críticas.