En un lapso de 50 días, dos hogares en el ingreso exterior de un edificio de LU4 fueron violentados. Los residentes se enfrentan al robo de sensores de seguridad y intentos de forzar puertas, mientras esperan una respuesta de las autoridades locales. A pesar de las denuncias realizadas, la situación persiste, dejando a seis familias afectadas y a otras 156 potencialmente en riesgo.
Tras realizar la denuncia correspondiente, los residentes recibieron la visita de profesionales, incluyendo al geólogo de la Universidad local, quien destacó múltiples causas subyacentes a la inseguridad, como el desplazamiento estructural y la falta de adaptación de la tecnología de construcción a las condiciones actuales. Se estima que la solución requerirá una inversión significativa, planteando preocupaciones sobre el costo y la viabilidad del proyecto.
Ante la falta de respuesta oficial y tras ocho meses de espera, los residentes decidieron tomar medidas. Convocan a un cacerolazo en la intersección de avenida Constituyentes y Laura Durán, buscando visibilizar la problemática y exigir acciones concretas de las autoridades. La protesta se llevará a cabo en tres momentos distintos para permitir la participación de aquellos que trabajan durante el día.
Con la incertidumbre y el temor creciente entre los residentes, la comunidad se une en busca de soluciones. La solidaridad y la determinación marcan la lucha de estas familias por proteger sus hogares y recuperar la tranquilidad perdida.