Lucía Schamberger, vecina autoconvocada del barrio Ciudadela, ha estado activamente involucrada en una lucha de varios años en su comunidad. Desde aproximadamente hace dos años, junto con un grupo de residentes, comenzaron a exigir explicaciones sobre el funcionamiento de la vecinal local, que claramente no estaba operando como debería. Tras investigaciones exhaustivas y numerosas idas y vueltas, descubrieron que el mandato de la actual junta directiva había expirado en 2019. A pesar de las prórrogas debido a la pandemia, hasta la fecha no se han realizado elecciones ni hay intención de convocarlas.
Lucía y otros residentes estaban listos para las elecciones programadas para el 23 de diciembre, pero se encontraron con un comunicado de última hora que suspendía inexplicablemente el proceso electoral. Además, se encontraron con presencia policial en la vecinal, a pesar de su firme compromiso de resolver las discrepancias de manera pacífica y racional. Los residentes, que buscan simplemente el derecho a elegir libremente a sus representantes, se enfrentan ahora a una situación de estancamiento por parte de las autoridades actuales.
Ante esta situación, Lucía y otros miembros han explorado múltiples vías legales, incluida la presentación de notas ante la Inspección General de Justicia (IGJ). Sin embargo, el proceso legal resulta costoso y complejo para los vecinos, lo que dificulta su capacidad para hacer valer sus derechos. Aunque se espera una próxima asamblea y, potencialmente, una nueva fecha para las elecciones, existe la preocupación de que puedan surgir más obstáculos políticos.
Lucía destaca la necesidad de que tanto las autoridades municipales como la vecinal trabajen juntas para restaurar la institución como un espacio para toda la comunidad, no solo para unos pocos privilegiados. A pesar de la frustración y la desesperación, Lucía y sus compañeros continúan luchando con la esperanza de un cambio positivo y están dispuestos a dialogar con las autoridades actuales para encontrar una solución.
