En una mañana soleada, Marta Susana García, en diálogo con Radio Giros, evoca con nostalgia los días de su infancia en El Trébol, un campamento petrolero en la Patagonia. Reminiscencias de un pasado que perdura en la memoria colectiva y que, para muchos, sigue siendo un lugar lleno de historias y vivencias únicas.
Desde su vivencia personal, Marta relata cómo El Trébol fue mucho más que un campamento. Fue el escenario donde sus padres se conocieron, se casaron y donde ella misma nació y creció hasta los 18 años. Un lugar donde la comunidad se cohesionaba en torno a la actividad petrolera y la vida cotidiana se teñía de la singularidad del paisaje patagónico.
La historia de El Trébol se entrelaza con decisiones políticas y económicas a nivel nacional. Marta recuerda cómo, tras décadas de actividad, el campamento fue paulatinamente deshabitado, cerrando sus puertas definitivamente en los años 70. Una transformación que marcó el fin de una era, pero que dejó en la memoria de quienes lo habitaron un legado imborrable.
A pesar del paso del tiempo, el espíritu de El Trébol vive en cada anécdota compartida por Marta y sus compañeros de infancia. A través de sus recuerdos, se reconstruye la esencia de un lugar donde la comunidad era una gran familia y la vida transcurría entre paisajes imponentes y jornadas de trabajo en los yacimientos petroleros.
Hoy, El Trébol subsiste en la memoria de quienes lo habitaron y en la colaboración de aquellos que se esfuerzan por preservar su legado. Aunque las casas hayan desaparecido y el paisaje haya cambiado, el espíritu de este campamento perdura en cada relato, manteniendo viva la historia de un lugar que fue mucho más que un simple punto en el mapa: fue un hogar para muchas familias y un escenario de vida y trabajo en la Patagonia.
