En una reciente entrevista con la Dra. Ana María García Navarta en el programa «Buen Día Día» de Radio Giros 96.3, se discutió un tema cada vez más presente en las conversaciones actuales: las relaciones tóxicas. La charla comenzó con una exploración del origen del término, que se popularizó gracias al libro «Gente Tóxica» de Bernardo Stamateas, publicado alrededor de 2018. Stamateas, un psicólogo y autor de libros de autoayuda, introdujo este concepto para describir una serie de comportamientos que pueden ser perjudiciales en las relaciones interpersonales.
Durante la conversación, los expertos analizaron cómo etiquetar una relación como «tóxica» puede tener implicaciones negativas. Al usar esta etiqueta, se corre el riesgo de estigmatizar a las personas involucradas, evitando así un análisis más profundo de los motivos detrás de estas relaciones problemáticas. «Decir que una relación es tóxica es como ponerle un membrete a la persona y al vínculo, lo cual puede impedir que se explore el origen real de los problemas», comentaron.
Además, se discutió el concepto de victimización y cómo las personas, al verse como víctimas, pueden perder la oportunidad de entender su propio papel en el conflicto. «Una persona puede sentirse maltratada y seguir en una relación dañina, porque no se ha tomado el tiempo de analizar por qué sigue eligiendo esos vínculos», afirmaron los especialistas en el programa.
El programa también abordó el impacto de las relaciones tóxicas en la salud mental. Los expertos mencionaron que la repetición de patrones tóxicos a menudo está relacionada con experiencias previas de desvalorización o maltrato, ya sea en la infancia o en relaciones anteriores. Esto, según señalaron, puede llevar a una búsqueda constante de aprobación en relaciones que no son saludables.
Uno de los puntos más relevantes de la discusión fue la diferencia entre una relación tóxica y una relación problemática. «No todas las relaciones difíciles son tóxicas», explicaron. «El conflicto es parte natural de las relaciones humanas, pero cuando el conflicto se vuelve destructivo y persistente, es cuando se convierte en un problema que debe ser abordado».
Finalmente, los especialistas destacaron la importancia de buscar ayuda profesional en lugar de depender únicamente de etiquetas simplificadoras. «El psicoanálisis, por ejemplo, no juzga; analiza», explicaron. «Lo importante es entender qué está pasando en el interior de la persona y cómo sus experiencias pasadas influyen en sus elecciones actuales de pareja».
