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Comodoro Rivadavia

El Eternauta: “Donde va el perro, voy yo y donde voy yo, va el perro, carajo”

Época de despidos y traslados. ¿Qué pasa con los perros y gatos ante mudanzas inesperadas?

La crisis en el sector petrolero afecta a familias de Comodoro Rivadavia y Rada Tilly que enfrentan despidos y traslados. Muchas familias se mudan y regresan a su lugar de origen o se van a trabajar a otros lugares. En este contexto, nos interesa saber qué pasa con los animales de esas familias. Con la mencionada crisis llegan las publicaciones que anuncian:

  • Me voy de la ciudad, doy en adopción mis perros.
  • Me mudo y no me aceptan los perros o los gatos.
  • Me voy a otro lugar y no me puedo llevar a mi perro.
  • Tengo que dejar mis animales porque me mudo.

También se ven animales que quedan en los hogares cuando las familias ya se fueron. En el mejor de los casos, quedan atendidos por amigos o familiares, esperando el traslado de perros o gatos, que a veces demora un poco más de lo que se quisiera; en otros, quedan esperando a las familias que nunca volverán por ellos.

Nos preguntamos tantas cosas, como qué pasa con la inmobiliaria, qué hacen ante esa situación, qué piensan los vecinos y si ellos son quienes se dan cuenta de la situación y actúan en primera instancia, proporcionando asistencia con alimento y agua, y luego piden ayuda.

Es en la crisis donde se puede ver la concepción que cada familia tiene de esos animales. A veces es fácil desprenderse de ellos y otras, como el linyera de *El Eternauta*, ni lo piensan; saben que el perro o el gato va con ellos. “¡Donde va él, voy yo, y donde voy yo, va el perro, carajo!”

Lamentablemente, sí, es engorroso trasladar a los perros y gatos a otra ciudad, pero no hay opción posible si se consideran parte de la familia.

El abandono es tan cruel para ellos que no entienden qué está pasando y esperan a su familia durante meses; muchos pierden la vida, solos y abandonados, en la espera.

Queremos remarcar lo positivo y transmitir las experiencias que suenan normales para la mayoría, pero es bueno remarcarlas en este tiempo de crisis.

Bimba y Chabela, las perras, y Heydi y Serafín, los gatos, son todos miembros de una familia multiespecie que se trasladó de Rada Tilly a Buenos Aires.

Cuca y León son los hermanos caninos de Antonino, un bebé de 10 meses, y se trasladaron todos juntos a Neuquén.

¿Conoces más historias en las que llevar a los animales no se pone en duda?

 ¡Queremos conocerlas!

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