En el amanecer del Día Mundial del Clima, la discusión se centra en una pregunta fundamental: ¿Estamos presenciando un ciclo natural o una crisis provocada por la intervención humana en la Tierra? Aunque algunos aún debaten sobre la forma del planeta, en el ámbito científico, la evidencia del cambio climático causado por el hombre es innegable. El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático ha alertado sobre las consecuencias desde hace más de 15 años.
El aumento de la temperatura, vinculado directamente al incremento de CO2 en la atmósfera desde la Revolución Industrial, plantea un desafío urgente. Hoy, en el 2024, mientras enfrentamos olas de calor mortales, la necesidad de acciones concretas se vuelve más apremiante que nunca. Greenpeace insta a los líderes mundiales a tomar medidas contundentes para frenar este deterioro ambiental.
En esta conversación, se destacan las soluciones viables, como las energías renovables. La energía solar y eólica ya son más económicas y sostenibles que los combustibles fósiles en muchos lugares, incluida Argentina. Sin embargo, persisten obstáculos, como la falta de infraestructura para aprovechar plenamente el potencial eólico de regiones como Comodoro Rivadavia.
El debate se amplía a otras formas de energía limpia, como el hidrógeno, mientras se busca reducir la dependencia de recursos como el litio, cuya extracción puede tener un alto costo ambiental. La descentralización de proyectos energéticos y la adopción de tecnologías más eficientes son parte clave de la transición hacia un futuro sostenible.
En conclusión, Greenpeace nos recuerda que ya no hay excusas para postergar la acción. El momento de abrazar las energías renovables y proteger nuestro planeta es ahora. Este diálogo revelador nos invita a reflexionar sobre nuestro papel en la preservación del medio ambiente y las acciones necesarias para enfrentar los desafíos climáticos del siglo XXI.
